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miércoles, 26 de febrero de 2014

Apolonia 07





                                         Hiram anda con la mosca detrás de la oreja,
                                         cree que Apolonia ha abusado de su con-
                                         fianza y amistad y se siente triste y decepcio-
                                         nado





La estima de la bruja Apolonia por Hiram se incrementaba a diario conforme transcurría el tiempo. El joven visita a la vieja en su cabaña con asiduidad, casi semanal, pues gozaba de su compañía tanto por las conversaciones que mantenían cada vez más interesantes, como por las pócimas que le preparaba para evadirse de su rutinaria existencia.
En una de esas veladas, coincidente con la festividad de sajuan, Hiram después de dar cuenta de un delicioso brebaje de irresistible color violáceo, que nunca había probado antes, en un momento en que se encontró solo en la sala por largo rato, sin percatarse cuándo y por dónde la dueña de la casa hubo abandonado la estancia, se inquietó sobremanera.
Incómodo e indeciso, en que no paraba de repetirse para sus adentros: qué hacer allí solo en casa ajena. Intentó llamar por su nombre a la anfitriona; pero nadie le respondía. Pensó en marcharse; pero, temió salir solo por miedo a los gatos y tampoco quería irse sin dispensar la cortesía de despedirse. Así que sin pensárselo dos veces, armándose de valor, se adentró al interior de la cabaña, en que se encontraban el resto de estancias de la morada, entre otras, el dormitorio de ella.
Con la tenue luz de un candil de aceite, el joven, vio como encima del camastro la silueta tapada con mantas de una persona que abultaba poco, bien podía ser el de Apolonia Dedujo que la vieja se había ausentado para descansar siendo tan avanzada la noche. Tan tarde como que pronto amanecería, sin lograr entender en aquellos momentos cómo el tiempo había transcurrido tan deprisa, sin enterarse siquiera.
Al acercarse, con sigilo, a la cama para despedirse de Apolonia, intentando acercarse lo más posible al oído de la mujer dormida y molestarla lo menos posible, un inesperado e intenso rayo de luz, difícil de imaginar que pudiera desprenderse de aquel insignificante y viejo candil, guió su mirada a la faz de la mujer que allí yacía. Aquel rostro que se le apareció como la tez más bonita de mujer que nunca imaginó pudiera existir en esta vida terrenal, le sorprendió, paralizándole todos los músculos del cuerpo
Tanta belleza vislumbrada a la luz del candil que el joven por unos instantes quedó inmóvil y extasiado y, al pronto, unos brazos desnudos le rodearon a la altura del cuello. Irresistiblemente, a cualquier voluntad humana, como una imperiosa fuerza desconocida, le atrajo a juntar su varonil cuerpo con el de aquella musa. Era en verdad como la más bella diosa venida de algún lejano trono celestial.
Sin ningún otro recuerdo que la imborrable imagen de tocar cielo, más cielo que en su viaje astral del solsticio del año anterior que, oh casualidad, fue también en la misma noche mágica de San Juan, Hiram despertó en su dormitorio de La Encalada, desorientado y apesadumbrado por un extraño sentimiento de repulsa interior, después de haber perdido la memoria de lo vivido en las últimas veinticuatro horas
La idea de haber copulado con la vieja Apolonia golpeaba en el interior de su cavidad cerebral con tal fuerza que pensó enloquecer. Todo el aprecio y estima que le había inspirado hasta entonces Apolonia se le devenía odio y rechazo pensando que ella con sus artimañas le hubiera llevado impunemente al huerto de forma tan miserable.
Con el transcurso de los días se fue mitigando algo este pesar, que conseguía a duras penas apartar tantas quimeras, esforzándose en sus tareas cotidianas, siempre que en la soledad de la noche, no pensara en la vieja Apolonia ni en esa mágica noche de san juan. El recorrido de su pensamiento siempre seguía el mismo circuito cuando se abandonaba al recreo del recuerdo de divina dicha de aquella noche. Del inconmensurable goce celestial bajaba al inmenso dolor infernal que le infringía el repugnante y vil engaño de Apolonia, su amiga del alma. Su amiga de espíritu camino de la eternidad .

continuará......

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